A lo largo de los años mi tía ha ido adquiriendo nuevos conocimientos que después ha ido transmitiéndome y gracias a ello, esa competitividad que me dominaba a abandonado mi cuerpo y ha dejado paso a la relajación. Hace poco fue la inauguración del nuevo centro de yoga, aquí en Madrid, y mi tía me dejó probar las nuevas telas para las clases de Yoga Aéreo Unnata. La verdad es que me encantaría colgarme de una tela y dormirme en ella todos los días... es una experiencia increíble, y teniendo en cuenta que las alturas me dan vértigo, el yoga aéreo me ayuda a dominar ese miedo.
Gracias al yoga vivo más tranquila conmigo misma y con mis emociones, intento tomarme las cosas con calma en lugar de con prisas y como si fuera una competición. Creo que había dejado que el deporte que más me gusta en el mundo me dominara de tal manera que hacía de mi vida una competición... y si no ganaba me bajaban los ánimos. Espero que con el tiempo sea capaz de aprender a controlar los impulsos y a meditar seriamente qué es lo que quiero en la vida. De momento sé lo que quiero ahora: RELAX :)
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